Peritaje Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Noelia Garcia Guirao (Murcia)

Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL): Seguridad, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología Aplicada.

Miembro con Carnet Profesional nº E-1476-25 de la A.P.P.J. (Asociación Empresarial de Peritos Judiciales)

Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Peritajes, Consultoría y Formación

Contacto: perito.prl.murcia@gmail.com




El Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) es una figura, dentro del marco de la Pericia Judicial, al servicio de la Administración de Justicia. Según se recoge en el artículo 335.1 de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, el Perito es un experto en un determinado campo que, ante cuestiones planteadas por el juez o algunas de las partes, emite un dictamen en el que contesta a dichas cuestiones o emite su opinión profesional.



El cometido del perito es ayudar al juez a interpretar ciertos hechos o pruebas que requerirían conocimientos especializados para dicha interpretación y de los cuáles, el perito dispone. Su misión no es juzgar, ni establecer quién es o no culpable de algo. El perito, en su dictamen, solamente debe responder, de manera razonada, estructurada y comprensible, y con el aval de su preparación y experiencia profesional, a aquellas cuestiones que se planteen, de manera que ayuden al juez a dictar un veredicto, ya que éste carece del nivel de conocimientos y experiencia en determinadas y específicas materias, como es el caso de la Prevención de Riesgos Laborales.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El juez desestima la demanda del trabajador afectado por la 'bacteria comercarne'

Fuente: lasprovincias.es
Fecha: 02/11/2011

El juez considera que no está acreditado que la infección se produjera en tiempo y lugar de trabajo, por lo que no se puede calificar de accidente laboral

El juzgado de lo Social desestima  la demanda de Federico García Velazquez, el brigada forestal afectado por la conocida como 'bacteria comecarne', por la que le tuvieron que amputar el brazo izquierdo. El juez considera que no está acreditado que la infección se produjera en tiempo y lugar de trabajo.
El abogado de Federico pidió al titular del juzgado de lo Social número 7 de Valencia que este caso se calificara como accidente laboral y no como enfermedad común. El objetivo era que su cliente cobrabra una paga mayor, reciba una indemnización y tuviera sufragado el 100 por cien la prótesis que necesita.
El juicio del hombre -exbrigadista forestal de Tragsa- contra la empresa, la mutua y la Seguridad Social tuvo lugar a mediados de octubre en los juzgados de Valencia, después de que fuese aplazado el pasado mes de junio por la falta del abogado de una de las partes.
El abogado del hombre, de 65 años, reclamó al juez que dictara una sentencia estimatoria a su demanda, con el objeto de que el caso de su cliente se reconozca como accidente laboral, puesto que el origen de su problema tuvo lugar en el trabajo. Frente a ello, las demandadas se opusieron a esta petición al estimar que no existiera una relación de causa entre el suceso que sufrió el hombre en el trabajo y el desarrollo de la enfermedad.
Todo comenzó el 13 de septiembre de 2008
El calvario de Federico comenzó el 13 de septiembre de 2008. Ese día, según su familia, su grupo de trabajo recibió una llamada de alerta. Había fuego en un vertedero y ellos acudieron. Durante las tareas de extinción, una manguera golpeó su mano y se le abrió una herida. Y por ahí se introdujo, según la familia, el Streptococcus Pyogenes, conocido como bacteria comecarne.
Empezó a sentirse mal y su situación le obligó a ingresar en el Hospital de Requena, donde permaneció unas seis semanas, en la UCI y en planta. En aquel momento desde la Conselleria de Sanidad confirmaron el carácter "extraordinario" del caso.
Fuentes sanitarias explicaron que la bacteria comecarne es un microorganismo que en casos excepcionales se convierte en muy agresivo y va matando las células de la piel y los músculos.
Durante el tiempo de hospitalización, Federico se sometió a 17 intervenciones, una de ellas se realizó para amputarle el brazo izquierdo.
Además, tuvo que superar un coma inducido y someterse a la administración de los numerosos medicamentos que los médicos consideraron que eran necesarios para su tratamiento.

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