Muere un encofrador al caerle una piedra encima en las obras del metro en Txurdinaga

Fuente:elcorreo.com
Fecha: 08/10/2011

La roca, del tamaño de un ladrillo, se soltó de la pared de un ascensor, partió el casco y le provocó una fractura craneal

E.B.B., de 52 años, estaba en el peor lugar en el peor momento posible. De los trece kilómetros a lo largo de los que se extiende el tajo de la Línea 3, el encofrador, vecino de Bilbao, se encontraba justo bajo un hueco de apenas diez metros de diámetro donde se instalará un ascensor y desde el que cayó una piedra que le provocó la muerte. El hombre falleció al alcanzarle la roca en la cabeza justo cuando pasaba por debajo, según indicaron fuentes de la sociedad pública ETS, la red ferroviaria vasca, y del Departamento de Industria del Gobierno vasco.

El primer accidente laboral de la Línea 3, cuyas obras arrancaron en abril de 2010 y está previsto que concluyan a finales de 2013, se produjo minutos después de las diez de la mañana en lo que será el tramo Txurdinaga-Casco Viejo, concretamente en la futura boca del metro de Zurbaranbarri, en Bilbao. El operario se encontraba en el interior de la caverna que albergará las vías del metro, a gran distancia del exterior. Junto a él, en las inmediaciones, había otros tres trabajadores, compañeros de E.B.B. que tuvieron más suerte.

En ese punto se abre en estos momentos un cañón que ocupará un elevador de los que suben y bajan viajeros a los andenes. El tubo, de unos cuarenta metros de largo, contaba con una tela geotextil en la parte superior y una red en el fondo, por lo que los técnicos creen que la piedra, de 10x10 centímetros, el tamaño de un ladrillo, se desprendió de una de las paredes y cogió tal velocidad que se convirtió en un «proyectil», señalaron las mismas fuentes. La pieza venció la malla de seguridad, en la que colgaban otras piedras de menor peso, e impactó contra el casco del operario, que se rompió. Los responsables de la investigación del accidente laboral tendrán que determinar ahora si el casco estaba homologado.

E.B.B. murió en el acto a causa de una fractura craneoencefálica provocada por la caída de la piedra sobre su cabeza, según los primeros indicios y a falta de que lo confirme el informe definitivo de autopsia practicada en el Instituto vasco de Medicina Legal de Bilbao.

Tras el siniestro mortal, además de la Ertzaintza y la comitiva judicial, se desplazó hasta el tajo un técnico de la Delegación de Industria de Bizkaia, encargado del caso en lugar de Osalan al tratarse de una obra con túneles, según indicaron portavoces del Gobierno vasco. Tras observar el lugar en el que se produjo el siniestro, el ingeniero elaborará un informe que presentará en los próximos días. En el mismo apuntará que la obra había pasado una auditoría de seguridad hacía apenas quince días. Según lo que pudo apreciar él, «estaban aplicándose medidas de seguridad», tales como que el trabajador llevaba casco o que había una tela geotextil y una red en el tubo del ascensor.

La mujer, en estado de shock

Varios familiares de la víctima acudieron a la boca de la obra nada más conocerse la noticia del fallecimiento. En medio de su dolor, la mujer del trabajador quería entrar al lugar del túnel donde se encontraba el cadáver, algo que los ertzainas que se encontraban en el lugar no le permitieron al no cumplir las medidas de seguridad y correr peligro su integridad. Sanitarios de una ambulancia tuvieron que atender a la mujer, que se encontraba en estado de shock.

El grupo de Bildu en el Ayuntamiento de Bilbao solicitó ayer mismo al alcalde la convocatoria de una junta extraordinaria de portavoces para consensuar una declaración institucional contra la siniestralidad laboral. Según Bildu, detrás de este tipo de accidentes, como el que ayer se cobró la vida de un trabajador en las obras del metro de Txurdinaga, subyace «la falta de aplicación de las normas de seguridad, prisas y ritmos de trabajo asfixiantes en la construcción, donde, en la mayoría de las ocasiones, se imponen jornadas de trabajo interminables». Bildu considera «muy grave» que el accidente se haya producido en una obra pública. Según sus datos, en lo que va de año han fallecido 47 trabajadores en el País Vasco, de los que tres eran vecinos de Bilbao.

Víctima de una fatalidad comparable a la que se ha cebado con E.B.B., murió un operario de 45 años en las obras de la futura clínica del IMQ en el barrio de Deusto, que será la mayor de Euskadi, el pasado mes de agosto. R.G.F., trabajador autónomo, también domiciliado en Bilbao aunque natural de Burgos, perdió la vida cuando visitaba la obra para instalar unos cristales. El hombre fue alcanzado por un palé que se desplomó de una grúa a unos 15 metros de altura.