Fecha: 06/10/2012
La autora de la demanda es una trabajadora del Patronato de Turismo de la Costa Blanca
La primera teniente de alcalde y concejal de Turismo del Ayuntamiento de Benidorm, Gema Amor, ha sido denunciada ante la Justicia por ejercer presuntamente acoso laboral con maltrato psicológico
 sobre una empleada del Patronato de Turismo de la Costa Blanca. Según 
la demanda, tramitada por la vía de lo contencioso-administrativo, la 
situación se prolongó entre marzo de 2009 y mayo de 2010,
 durante la etapa en la que la actual líder de los Liberales de Benidorm
 y socia de gobierno del alcalde Agustín Navarro, del PSOE, ocupaba el 
cargo de gerente del consorcio provincial de turismo.
La denunciante venía trabajando en el Patronato de la Costa Blanca desde
 1995 como personal laboral. Entre sus funciones se encontraba la de 
elaborar el calendario de asistencia a ferias internacionales, coordinar
 la presencia de los distintos ayuntamientos y de toda la comitiva 
oficial -incluyendo el presidente de la Diputación, los miembros de su 
gabinete y varios diputados-, supervisar los gastos de estos eventos, 
gestionar los contactos con profesionales del sector y organizar visitas
 promocionales de agentes de viajes y periodistas -los llamados «family 
trips»- para dar a conocer la provincia en la prensa especializada.
En su denuncia, la demandante, titulada por la Universidad de Cambridge, describe de forma minuciosa el proceso de «mobbing» al que presuntamente fue sometida por Gema Amor y otros dos responsables del Patronato, en lo que define como una situación «sistemática y prolongada de presión psicológica y acoso moral» encaminada a «destruir su comunicación con los demás [empleados]y atacar su dignidad personal», mediante la creación de «un entorno hostil, degradante y humillante». Por todo ello, reclama a los tres denunciados y al propio Patronato una indemnización de 60.000 euros en concepto de daños morales y psicológicos.
Los problemas laborales de la denunciante 
comenzaron en marzo de 2009, cuando Amor asumió el cargo de directora 
gerente de la Costa Blanca por decisión del entonces presidente de la 
Diputación de Alicante, Joaquín Ripoll. 
A repartir folletos
La presunta víctima del acoso laboral  fue, según la denuncia, progresivamente despojada de todas sus funciones.
 De acuerdo con la versión recogida en la demanda, durante la asistencia
 a la feria de turismo ITB de Berlín, en marzo de 2009, Amor le prohibió asistir a las reuniones de trabajo con
 profesionales del sector -algo que hacía habitualmente, como intérprete
 y representante del Patronato- y a los almuerzos y cenas con la 
delegación oficial. En su lugar, le ordenó que se dedicara a repartir 
folletos, una labor que tenían encomendadas las azafatas.
Desde Berlín, la comitiva alicantina se 
trasladó a París, donde todos los miembros de la delegación -la entonces
 vicepresidenta Mari Carmen Jiménez, el socialista Antonio Amorós, la 
propia Amor y su secretaria- se alojaron en un hotel de lujo, salvo la 
denunciante, que fue relegada a un establecimiento situado a seis 
kilómetros, por decisión personal de la directora gerente del Patronato.
Durante las semanas posteriores a este viaje, la denunciante descubrió que no le llegaban ni correos electrónicos ni llamadas telefónicas. Luego supo que Gema Amor había ordenado que se las desviaran a otros dos compañeros para «dejar sin contenido su esfera de trabajo».
  De hecho,  siempre según consta en la demanda, la telefonista había 
recibido instrucciones de decir que «no estaba» cuando recibiera 
cualquier llamada destinada a la hoy denunciante. Ya en abril de 2009 
comenzó a ser excluida de todos los viajes oficiales, a pesar de que 
hasta entonces había sido la responsable de organizarlos. Cuando el 
Patronato de la Costa Blanca se trasladó de sede, Amor la relegó a la 
salita de la fotocopiadora, sin ningún cometido, y meses después la puso
 a trabajar de telefonista.
Amenazas y vejaciones
En marzo de 2010, el diputado de Turismo le 
solicitó que le acompañara oficialmente a la feria de París como 
intérprete y encargada de gestionar sus contactos con profesionales del 
sector. Al enterarse de ello, Amor convocó a la denunciante a una 
reunión, en la que le prohibió hablar con el diputado y le ordenó que 
durante el viaje se limitara a repartir folletos. Ya unos meses antes, 
en enero, el Patronato le bajó el sueldo 200 euros,
 sin darle una explicación, y un responsable le advirtió que le bajarían
 aún más el sueldo si se quejaba. La denunciante sostiene que tuvo que 
sufrir además todo tipo de vejaciones e insultos por parte de colaboradores de Amor, por lo que buscó ayuda psicológica.
 
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