Fecha: 21/12/2011
El pleno de la Asamblea de Madrid aprobará el día 27 la Ley de Acompañamiento  que recoge las tres enmiendas que, sorpresivamente, introdujo el lunes  el grupo popular para aplicar criterios del mundo empresarial a la  Administración autonómica. A partir del 1 de enero de 2012, fecha en la  que entrarán en vigor, los funcionarios deberan trabajar dos horas y media mas a la semana y verán recortados hasta el 40% de sus salarios si permanecen de 4 a 15  días de baja por enfermedad. La Comunidad, apuntan fuentes regionales,  tiene motivos para someter a sus trabajadores a un férreo control del  absentismo laboral: durante 2010 la inspección detectó 207.166 días de  baja sin justificar entre el funcionariado madrileño.
Esperanza  Aguirre quiere una Administración «más eficaz y más productiva», así  como erradicar los fraudes y prácticas abusivas en las bajas laborales.  El objetivo es incrementar la productividad homogeneizando las jornadas laborales de todos los empleados públicos en  37,5 horas semanales y fijando los días de asuntos particulares o libre  disposición en seis, ajustándose así al Estatuto Básico del Empleado  Público.
Se  trata de evitar siempre las desigualdades entre los diferentes  empleados de la Administración, donde existen profesiones cuya jornada  actual es de 35 horas y otras que ya tienen las 37,5 horas reconocidas,  como el personal docente. Ahora, se propone que todos deberán realizar un mínimo de 37,5 horas a la semana,  medida que afectará a cerca de 120.000 empleados. Estas dos medidas,  según cálculos del Ejecutivo madrileño, permitirían ahorrar a la  administración 83 millones de euros anuales e incrementar la  productividad en 12 millones de horas al año.
Como  era de esperar, el anuncio provocó ayer una cadena de reacciones, la  mayoría negativas. El portavoz del PSM en la Asamblea, Tomás Gómez,  aseguró que las enmiendas presentadas por el PP a la Ley de  Acompañamiento siguen la estrategia del Gobierno regional de «esquilmar  los servicios públicos». El líder socialista considera que el Gobierno  de Esperanza Aguirre tiene «una guerra abierta contra los servicio  públicos» y «para acabar con ellos se dedica a hablar mal de los  empleados públicos».
Por su parte, Izquierda Unida y UPyD mostraron su desacuerdo con las medidas del PP sobre  las bajas de los empleados públicos. IU cree que el absentismo no es  más alto que en la empresa privada, y UPyD asegura que pagarán «justos  por pecadores». Eulalia Vaquero, portavoz adjunta de IU, remarcó que los  funcionarios «no deben pagar por una crisis de la que no tienen culpa»,  y auguró que igual que los docentes se echaron a la calle para  protestar por el aumento de las horas lectivas, «podría haber una  respuesta similar desde el resto de empleados públicos». «Nos  equivocaremos si, con el pretexto de la crisis, nos llevamos por delante  a los trabajadores que están sustentando el poco Estado de bienestar  que disfrutamos», añadió.
El  portavoz de UPyD, Luis de Velasco, por su parte, consideró que esta  propuesta no va al fondo del problema del absentismo, sino que se queda  en una medida «puramente cuantitativa». Ramón Marcos, portavoz adjunto  de UPyD, cree que el problema del absentismo está fundamentalmente en  los tres primeros días de baja, y por ello es partidario de que haya un  mayor control de las bajas que dan los médicos, a veces de forma  «relativamente fácil». El grupo magenta, por el contrario, sí está de  acuerdo con elevar la jornada laboral de los empleados públicos hasta  las 37,5 horas, aunque también se opone a la eliminación de las  licencias para vender alcohol, ya que «parece que desincentivará su  consumo».
«Ser solidarios»
La consejera de Presidencia y Justicia, Regina Plañiol, afirmó que con estas medidas se propone que los empleados públicos «contribuyan con su esfuerzo y dedicación a la mejora del equilibrio financiero de la Comunidad».  A cambio, dice, no habrá despidos ni recortes de sueldo. «Son medidas  —dijo— que yo creo que van a contribuir especialmente con lo que mejor  saben hacer nuestros funcionarios, que es trabajar bien, con compromiso,  y ser solidarios con las dificultades que está pasando el país».
Aguirre  endurecerá el control a las bajas laborales (excluidas las bajas por  maternidad y accidente laboral) con el fin de conseguir «una  administración más eficiente» y reducir el absentismo en más de un 40%.  Para ello, modificará los complementos económicos para el sector público  que aporta la Comunidad en el supuesto de incapacidad temporal del  trabajador por enfermedad común entre el 4 y el 15 día de baja.
Actualmente,  la Seguridad Social proporciona el 60% del sueldo de un trabajador con  baja superior a tres días e inferior a 15 días. El Gobierno regional  cubría hasta el 100% del sueldo. Esta medida afectará a 32.000  trabajadores públicos, en su mayoría personal laboral de la  Administración y de empresas públicas. En el caso de los funcionarios y  personal estatutario, con régimen especial, la reducción del complemento  por baja laboral se aplicará desde el tercer mes.
 
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