Fecha: 01/02/2012
«Fue un rescate muy laborioso, hubo que desmontar la máquina y quitar el cadáver a trozos»
La muerte del obrero de Catoira enturbia un balance de siniestralidad laboral que, al menos en Galicia, estaba mejorando sus resultados en los últimos meses. Según dio a conocer recientemente la Xunta, el número de accidentes en el trabajo se redujo un 15,6% en el 2011, con 30.623 accidentes leves en la comunidad, 474 graves y 59 fallecidos. Los datos aportados por el Instituto Galego de Seguridade de Saúde Laboral sumaban también los accidentes en tránsito, es decir, los que se producen cuando el trabajador va o regresa del puesto de trabajo, y que fueron 3.350 el año pasado, un 15% menos que en el anterior.
Esa reducción se dio en las cuatro provincias gallegas. El mayor descenso se registró, precisamente, en la provincia de Pontevedra, con un 17,3% menos, seguida de Ourense, con un descenso del 17,2%; A Coruña bajó un 14,3% y Lugo, un 12,7%.
Dos en poco más de un mes
Pese a esos datos, en la comarca la siniestralidad ha dado lugar a dos accidentes mortales en las últimas semanas, porque al fallecimiento el lunes de Juan Manuel Tornay se suma la tragedia en el mar que enturbió la pasada Nochebuena, cuando el patrón Ramón Soto perdió la vida en un accidente cuyas causas no están aún del todo claras, pero que sucedió cuando el práctico cayó de la lancha en la que navegaba mientras colaboraba en las maniobras de atraque de un portacontenedores que atracaba en el puerto de Vilagarcía. Como en el caso de Catoira, la muerte del trabajador se rodeó de algunas incógnitas todavía sin respuesta.
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