Peritaje Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Noelia Garcia Guirao (Murcia)

Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL): Seguridad, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología Aplicada.

Miembro con Carnet Profesional nº E-1476-25 de la A.P.P.J. (Asociación Empresarial de Peritos Judiciales)

Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Peritajes, Consultoría y Formación

Contacto: perito.prl.murcia@gmail.com




El Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) es una figura, dentro del marco de la Pericia Judicial, al servicio de la Administración de Justicia. Según se recoge en el artículo 335.1 de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, el Perito es un experto en un determinado campo que, ante cuestiones planteadas por el juez o algunas de las partes, emite un dictamen en el que contesta a dichas cuestiones o emite su opinión profesional.



El cometido del perito es ayudar al juez a interpretar ciertos hechos o pruebas que requerirían conocimientos especializados para dicha interpretación y de los cuáles, el perito dispone. Su misión no es juzgar, ni establecer quién es o no culpable de algo. El perito, en su dictamen, solamente debe responder, de manera razonada, estructurada y comprensible, y con el aval de su preparación y experiencia profesional, a aquellas cuestiones que se planteen, de manera que ayuden al juez a dictar un veredicto, ya que éste carece del nivel de conocimientos y experiencia en determinadas y específicas materias, como es el caso de la Prevención de Riesgos Laborales.

jueves, 16 de febrero de 2012

SEGOVIA: La accidentabilidad en Segovia cae el 15% por la crisis, no por la prevención

Fuente: elnortedecastilla.es
Fecha: 15/02/2012

El mercado de trabajo de la provincia registró el año pasado 1.651 accidentes, 279 menos que en 2010
 
El curso laboral no ha empezado nada bien, ni en la provincia ni en el resto de la región. Y no solo por los anuncios de reformas y recortes. Este martes la noticia de la muerte de un hombre de 40 años, natural de Cuéllar, sacudió su comarca natal y vistió de luto el municipio vallisoletano de Cogeces del Monte donde residía. Perdió la vida al precipitarse desde la plataforma sobre la que trabajaba, a una altura de unos cinco metros, cuando reparaba la estructura metálica de la cubierta de una nave agrícola en las afueras de la localidad zamorana de Fuentesaúco. Estaba casado y tenía dos hijos.
El secretario de Salud Laboral y Seguridad Social de Comisiones Obreras (CC OO) en Castilla y León, Mariano Sanz, lamentó el fatal suceso y recordó que ya ascienden a cinco los accidentes laborales mortales acaecidos en la comunidad en lo que va de año. Dos de ellos, con el del operario cuellarano, han golpeado el mercado segoviano, según el responsable sindical. Otros dos se han localizado en León y uno más en Salamanca, a tenor de los datos manejados por el portavoz regional de Comisiones.
Aparte del drama personal, el descenso de la siniestralidad laboral es uno de esos hechos objetivos que incitan a la contradicción y la perplejidad, porque al final de mucho mirar y remirar esa botella está medio vacía de optimismo y no medio llena, como debería ocurrir. Que los accidentes en el tajo hayan bajado debería ser digno de elogio y de ánimo porque los pasos dados en la lucha contra la mortalidad en el puesto de trabajo andan por el buen camino. Podría pensarse que por fin se vela por la salud de las plantillas como manda la ley, que la presión de las inspecciones logra sus frutos y que la prevención de riesgos en las empresas públicas y privadas es una realidad ganada; pero no es así.
Cuando se escarba en las causas de esa disminución cunden la incertidumbre y la preocupación. La conclusión general es que, en realidad, no existe más seguridad en los puestos de trabajo. Es, por ejemplo, lo que piensa el secretario general de la Unión Provincial de Comisiones en Segovia, Ignacio Velasco, a quien no le convence del todo esa buena nueva de la reducción de la siniestralidad laboral.
El año pasado echó el cierre con la disminución en la cantidad de percances padecidos durante el desempeño profesional e 'in itinere' (los que suceden en el camino de ida o vuelta al centro laboral). La accidentalidad bajó en 2011 cerca del 15% en la provincia. Los registros que lleva la Junta de Castilla y León, tanto de incidentes graves como de leves, sumaron a lo largo de los últimos doce meses en Segovia 1.651 accidentes, mientras que el curso anterior se habían contabilizado 1.930. Han sido 279 casos menos y una batalla ganada en la guerra librada en aras de la salud y de la seguridad en el desempeño de la tarea profesional.
Tendencia constante a la baja
A simple vista, el de 2011 es un buen dato, refrendado además porque ratifica la tendencia a la baja de los malditos índices de siniestralidad en el trabajo que dibuja la curva constante y descendente durante, al menos, los últimos ocho años. En el repaso a los ejercicios precedentes, el nivel de inseguridad había rebasado sin demasiadas complicaciones la barrera de los 2.000 siniestros laborales localizados en los centros segovianos de trabajo.
Así se extrae de las estadísticas que maneja la Administración regional. Aún así, se atisba muy lejano ese objetivo ideal que se ha propuesto la patronal provincial de lograr una accidentalidad cero mediante el fomento de la cultura de la protección y prevención entre los empresarios y plantillas a través de cursos y talleres. Algo habrán influido tantos esfuerzos, pero no todo lo deseable, porque el motivo principal de que la siniestralidad haya descendido es que la actividad laboral se ha desplomado.
De esta manera, y aunque no lo parezca, la disminución de los percances sufridos en el lugar de trabajo no deja de ser otra cruz de las múltiples que ofrece la cara más cruel de la crisis económica y financiera. Hay menos inversiones, menos partidas y por tanto menos dinero para los planes de promoción de la salud laboral y la prevención de riesgos. También se ha retraído la producción, por lo que el dinamismo empresarial se ha frenado prácticamente en seco, así que hay que lamentar menos contratos y, por tanto, más paro. Por desgracia, la lógica se impone. Y si hay menos segovianos ocupados , también ha de ser inferior la exposición a sufrir un posible accidente laboral.
Segovia encabeza la destrucción de empleo en Castilla y León. El incremento interanual del paro roza el 10%, lo que ha engordado la bolsa desempleados hasta rondar las 12.000 personas.
El citado descenso de la accidentalidad es general y se extiende a todos los sectores. Los índices bajan en los servicios, que concentran el 45% de los incidentes con 749 percances. También disminuye la tasa en la industria segoviana, que contabilizó el año pasado 365 casos, así como en el campo y en la construcción. Precisamente el negocio del 'ladrillo' ha sido uno de los más castigados por la crisis desde que en 2007 empezaran a notarse sus efectos. Y en esa lógica económica que afecta a la siniestralidad, en la provincia el desplome de la edificación ha laminado obras y contratos y, por lo tanto, también explica que los accidentes entre el gremio de los trabajadores del andamio se hayan reducido prácticamente a la mitad en cuatro años, pasando de 508 en 2008 a 268 el curso pasado.
Dos fallecidos en 2011
Uno de cada cien accidentes contabilizados fue catalogado como grave. Esos 16 casos representan una cifra algo menor a los registros de las campañas anteriores. La cara más luctuosa fueron los dos operarios que perdieron la vida en Segovia durante el desarrollo de su tarea, tres menos que en 2010.
Cabe destacar que durante el ejercicio 2011 no hubo que lamentar ninguna víctima mortal en el capítulo de los percances 'in itinere', algo que no se había producido en la provincia en los últimos ocho años, como revelan estadísticas de la Junta de Castilla y León.
 

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