Peritaje Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Noelia Garcia Guirao (Murcia)

Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL): Seguridad, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología Aplicada.

Miembro con Carnet Profesional nº E-1476-25 de la A.P.P.J. (Asociación Empresarial de Peritos Judiciales)

Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Peritajes, Consultoría y Formación

Contacto: perito.prl.murcia@gmail.com




El Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) es una figura, dentro del marco de la Pericia Judicial, al servicio de la Administración de Justicia. Según se recoge en el artículo 335.1 de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, el Perito es un experto en un determinado campo que, ante cuestiones planteadas por el juez o algunas de las partes, emite un dictamen en el que contesta a dichas cuestiones o emite su opinión profesional.



El cometido del perito es ayudar al juez a interpretar ciertos hechos o pruebas que requerirían conocimientos especializados para dicha interpretación y de los cuáles, el perito dispone. Su misión no es juzgar, ni establecer quién es o no culpable de algo. El perito, en su dictamen, solamente debe responder, de manera razonada, estructurada y comprensible, y con el aval de su preparación y experiencia profesional, a aquellas cuestiones que se planteen, de manera que ayuden al juez a dictar un veredicto, ya que éste carece del nivel de conocimientos y experiencia en determinadas y específicas materias, como es el caso de la Prevención de Riesgos Laborales.

jueves, 16 de febrero de 2012

MURCIA: ´Los alumnos vimos que era un claro ataque hacia ella´

Fuente: laopiniondemurcia.es
Fecha: 16/02/2012

La UMU, demandada por permitir el presunto acoso laboral a una profesora de Biología, defiende que medió y rechaza que hubiera mobbing

La competitividad entre investigadores científicos puede desembocar en discrepancias, enemistades e, incluso, en acoso laboral. La mayoría de las veces estos conflictos quedan entre las paredes de los laboratorios y no trascienden a la luz pública. Pero el caso de Elena Romera ha llegado al Juzgado de lo Contencioso número 7, que ayer celebró una vista oral para determinar si esta profesora de la Facultad de Biología ha sufrido acoso laboral, como ella denuncia, por parte del que fuera jefe de su departamento, Juan José P., y de otra docente, María Dolores G. (esposa del primero), a quienes acusa de haber perjudicado su carrera de investigación al impedirle el acceso al material investigador y no permitir que impartiera clases en los másteres.

Además, Elena, representada por el letrado Joaquín Dólera, demanda a la UMU al sostener que durante años las autoridades universitarias han tenido conocimiento de su situación «y no han impedido el hostigamiento».

En la vista de ayer, los dos alumnos de la Facultad de Biología que tuvieron como tutora a Elena en sus tesis y que actualmente no tienen ninguna relación ni con ella ni con la Universidad testificaron a su favor. «Los alumnos vimos que no era la típica rencilla, no era un toma y daca en el que no sabes quién tiene la culpa, sino un ataque unilateral y claro hacia ella», indicó Salvador. Este exalumno relató que «en una ocasión, el jefe de departamento (codemandado) interrumpió la clase y sacó a Elena. Escuchamos cómo le decía: ´¿Quién coño eres tú?´». La exalumna María del Mar U. describió que «cuando las líneas de investigación entre Elena y Juan José y María Dolores se separaron, de la noche a la mañana, las lejas del laboratorio que estaban repletas de libros a los que podíamos acceder se quedaron vacías, y desapareció el material que usábamos». «Todos los alumnos podían fotocopiar artículos de investigación y utilizar el materia, menos los que estábamos en el grupo de investigación con Elena», aseguró la exalumna. Según esta testigo, ella escuchó «que le habían negado el acceso de la demandante a un máster». Y denunció que «llegué a sentirme muy presionada por María Dolores (codemandada) porque al separarse las líneas de investigación, me pedía que sacara muestras del laboratorio. ´Hazlo, porque es importante´, me repetía, cuando no era mi labor». «A veces escuchaba lo que hablaban de Elena y me tenía que ir porque era muy violento», describió la joven.

La demandante llegó a grabar a escondidas una conversación con Juan José para demostrar el acoso, que ayer fue admitida provisionalmente a trámite por el juez pese a que el abogado de la UMU la consideraba «inconstitucional por violar el derecho a la intimidad». La grabación se escuchó a puerta cerrada, pero según fuentes del caso, en ella, el jefe de departamento le decía a Elena: «El problema es que si tú te crees perseguida, vas a estar perseguida» o «ten cuidado que yo soy Bush» (en referencia al expresidente de Estados Unidos).

Por su parte, el codemandado mantuvo que nunca acosó a Elena y que ella cambió su actitud con él «sin que yo sepa por qué». «Además, yo no decidía nada sobre el material pese a ser jefe», sostuvo Juan José.

El abogado de la Universidad fue my vehemente en la defensa «porque ella le ha dado publicidad al asunto a través de LA OPINIÓN y ha perjudicado la imagen de la UMU». El letrado defendió que «un conflicto entre profesores no tiene que confundirse con acoso laboral» y que los investigadores «tienen total libertad, y pueden realizar su trabajo aunque no se lleven bien». Además, el abogado aseguró que «la Universidad medió en el conflicto para resolverlo y por eso se le instaló un laboratorio en otra Facultad para que pudiera realizar su labor sin tener que cruzarse con ellos». El caso quedó visto para sentencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario