Peritaje Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Noelia Garcia Guirao (Murcia)

Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL): Seguridad, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología Aplicada.

Miembro con Carnet Profesional nº E-1476-25 de la A.P.P.J. (Asociación Empresarial de Peritos Judiciales)

Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Peritajes, Consultoría y Formación

Contacto: perito.prl.murcia@gmail.com




El Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) es una figura, dentro del marco de la Pericia Judicial, al servicio de la Administración de Justicia. Según se recoge en el artículo 335.1 de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, el Perito es un experto en un determinado campo que, ante cuestiones planteadas por el juez o algunas de las partes, emite un dictamen en el que contesta a dichas cuestiones o emite su opinión profesional.



El cometido del perito es ayudar al juez a interpretar ciertos hechos o pruebas que requerirían conocimientos especializados para dicha interpretación y de los cuáles, el perito dispone. Su misión no es juzgar, ni establecer quién es o no culpable de algo. El perito, en su dictamen, solamente debe responder, de manera razonada, estructurada y comprensible, y con el aval de su preparación y experiencia profesional, a aquellas cuestiones que se planteen, de manera que ayuden al juez a dictar un veredicto, ya que éste carece del nivel de conocimientos y experiencia en determinadas y específicas materias, como es el caso de la Prevención de Riesgos Laborales.

jueves, 23 de febrero de 2012

No deje que el desgaste profesional afecte su rendimiento laboral

Fuente: eltiempo.com
Fecha: 22/02/2012

Le contamos qué es el desgaste profesional o síndrome de 'burnout' y cómo combatirlo.

"Sentía pocos deseos de llegar al trabajo. Cuando estaba ahí, luego de superar mi pereza y mis pocas ganas de hacer algo, me dolía el estómago y sentía un nudo horroroso. Amaba mi trabajo, atender pacientes es mi vocación, pero era como si hubiera perdido el norte. Me sentía frustrada, no sé... algo así como quemada".
Quemada. Ese adjetivo describe el síndrome con el que la enfermera María Fernanda Gutiérrez fue diagnosticada hace dos años. Se trata del síndrome de burnout, de estar quemado en el trabajo o de desgaste profesional, y es un problema que nace en el ambiente laboral cuando una persona no está motivada a cumplir con sus labores diarias y, en cambio, experimenta fatiga constante a la hora de hacer sus tareas, a pesar de que en el pasado las haya disfrutado.
Íngrid Gómez, psicóloga investigadora de la Universidad del Valle quien ha trabajado el tema ampliamente, dice que las causas del síndrome pueden ser tanto personales como provocadas por la organización: "No toda la gente experimenta los síntomas, a pesar de estar sometida a la misma presión; de la misma manera, en muchos casos hay condiciones de la empresa que son poco favorables para los empleados e influyen en la aparición del burnout".
Esto indica que, por una parte, algunas características individuales pueden propiciar la aparición de los síntomas del desgaste. Por ejemplo, en el caso de personas con expectativas muy altas y una baja tolerancia a la frustración, que no tienen muchos amigos y no cuentan con una red social de apoyo, que presentan dificultades para manejar el estrés o que su autoestima es baja.
Por otra parte, es cierto que la organización puede tener responsabilidad en la aparición del síndrome. Los expertos aseguran que esto ocurre cuando la empresa pone mucha carga laboral a los trabajadores, no los involucra en la toma de decisiones, no cuenta con canales adecuados de comunicación o no reconoce los logros de los empleados.
En cuanto a las consecuencias, Juan Felipe Rodríguez (quien estuvo encargado del servicio al cliente en una multinacional durante seis años), puede dar cuenta de ellas, pues fue diagnosticado con burnout: "Me sentía cansado todo el tiempo. Cuando me iba a dormir, no podía. Todo el tiempo pensaba en el trabajo. Mi relación con los clientes empezó a deteriorarse, pues no me comportaba como debía con ellos. Me volví apático, y tuve muchos dolores de cabeza". Además de estos síntomas, quien sufre del síndrome puede experimentar tensión muscular, alteraciones gastrointestinales y problemas en la sexualidad.
Así mismo, los efectos se evidencian en actitudes y emociones. "Generalmente hay irritabilidad, sentimientos de vacío, impotencia y fracaso. Los afectados ven cosas negativas todo el tiempo. En algunos casos aparece la culpa porque uno sabe que no está haciendo las cosas bien", dice Íngrid Gómez y añade: "Esto puede dar lugar a problemas más serios como no presentarse a trabajar, evitar las responsabilidades, tener conflictos con los compañeros y abusar de sustancias como café, cigarrillo, alcohol, fármacos". Un estudio realizado por la Universidad de Michigan y publicado en enero de este año en la revista Harvard Business Review, asegura que los trabajadores más prósperos dentro de una organización son menos propensos a sufrir de burnout (en la investigación, prosperidad se entiende como el aprendizaje de cada uno y la proactividad dentro de sus labores). Aquellos trabajadores demostraron tener un 16 por ciento de mejor desempeño general y 125 por ciento menos de desgaste que sus compañeros. Así mismo, estaban un 32 por ciento más comprometidos con la organización y un 46 por ciento más satisfechos con su trabajo.
¿Qué hacer?Este síndrome ha sido estudiado en profesiones que tienen relación directa con clientes externos, como medicina o educación, pero Gerardo Hernández, psicólogo y abogado del Colegio Colombiano de Psicólogos, asegura que "puede nacer en cualquier oficio, siendo más frecuente en personas que tienen educación superior y posgrados".
Si tiene problemas de este tipo, el tratamiento se lleva a cabo en dos órdenes. Primero, debe hacer una reflexión sobre cómo lleva su vida. Los expertos llaman a esto clarificación de valores y consiste en establecer prioridades e intereses para saber si es feliz en su trabajo. En este sentido, se debe establecer un proyecto de vida con metas y estrategias claras, además de tiempos específicos para cumplirlas. Así mismo, es importante revisar las expectativas, cómo está frente a ellas y qué le hace falta para llenarlas.
El segundo aspecto vital es la comunicación entre empleado y empleador, pues es la clave para la resolución de conflictos. Si se siente estancado en su trabajo y con un horizonte reducido, una opción es "buscar una reubicación en otra área de la empresa", como asegura María Claudia Peralta, o si el problema es la carga laboral y las bajas expectativas, "se puede trabajar en buscar nuevos retos y, si es necesario, reducir los turnos y la carga en pro del desarrollo del trabajador".
En una esfera más individual, la clave está en asumir nuevos retos: "Uno no se mira a sí mismo día a día. Pero es importante establecer un proyecto de vida y buscar cómo ese proyecto congenia con su trabajo", concluye Gómez.
¿Se siente desgastado?María Claudia Peralta, doctora en psicología e investigadora de la facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana, explica que el síndrome se manifiesta en tres aspectos. Evalúe si está pasando por este tipo de situaciones, y en caso de tener una respuesta afirmativa, busque la ayuda de un profesional.
1. Agotamiento emocional. El trabajador siente que no tiene las herramientas para asumir todo lo que se le pide.
2. Despersonalización o pérdida de identidad en el trabajo. Mecanismo de defensa de una persona para poner distancia. Si no me implico mucho en el trabajo, no sufro.
3. Trabajar sin esfuerzo. Ya no lucha por pensar en objetivos de trabajo, no quiere ponerse metas ni salir adelante. Se siente desgastado en su labor.
REDACCIÓN CARRUSEL

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