Peritaje Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Noelia Garcia Guirao (Murcia)

Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL): Seguridad, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología Aplicada.

Miembro con Carnet Profesional nº E-1476-25 de la A.P.P.J. (Asociación Empresarial de Peritos Judiciales)

Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales (PRL)

Peritajes, Consultoría y Formación

Contacto: perito.prl.murcia@gmail.com




El Perito Judicial en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) es una figura, dentro del marco de la Pericia Judicial, al servicio de la Administración de Justicia. Según se recoge en el artículo 335.1 de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, el Perito es un experto en un determinado campo que, ante cuestiones planteadas por el juez o algunas de las partes, emite un dictamen en el que contesta a dichas cuestiones o emite su opinión profesional.



El cometido del perito es ayudar al juez a interpretar ciertos hechos o pruebas que requerirían conocimientos especializados para dicha interpretación y de los cuáles, el perito dispone. Su misión no es juzgar, ni establecer quién es o no culpable de algo. El perito, en su dictamen, solamente debe responder, de manera razonada, estructurada y comprensible, y con el aval de su preparación y experiencia profesional, a aquellas cuestiones que se planteen, de manera que ayuden al juez a dictar un veredicto, ya que éste carece del nivel de conocimientos y experiencia en determinadas y específicas materias, como es el caso de la Prevención de Riesgos Laborales.

lunes, 16 de abril de 2012

«Un fondo de compensación evitaría litigios a las víctimas del amianto»

Fuente: diariovasco.com
Fecha: 15/04/2012

La directora del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales Osalan, Pilar Collantes, defiende la creación de un fondo de compensación para los afectados por el amianto -material aislante cancerígeno muy usado en el siglo XX-, ligado a la Seguridad Social. En su opinión, este fondo evitaría «que las víctimas tengan que pasar por todos los juzgados para que se les reconozca una enfermedad profesional».
- Cada vez salen a la luz más casos de afectados por el amianto, ¿es algo que va a ir en aumento?
- Sí, porque realmente ahora está iniciándose el conocimiento de la enfermedad profesional relacionada con el amianto. Pero habrá épocas en las que se conozca más.
- ¿Por qué?
- Llegaremos al pico en diez años. Las relaciones de datos de cáncer de Osakidetza se miden por quinquenios y seguramente el 2019-2023 será el que se produzcan más casos por enfermedad de amianto.
- Lo peor está todavía por venir...
- Sí, lo que pasa es que tenemos la costumbre de conocer los casos preocupantes, que son los que terminan en cáncer de pleura (mesotelioma). Pero la mayor parte de los casos son benignos. Son problemas respiratorios (placas pleurales, asbestos...) que vamos a conocer día a día hasta esas fechas (2023), porque la enfermedad tiene un periodo de latencia importante, es decir, no surge hasta los 40-50 años desde la exposición a las fibras de amianto. Y la exposición no es la misma en cada trabajador. Hay empresas en las que se ha fabricado amianto, otras eran producciones navales y de neumáticos en las que se manejaba el material...
- ¿Cuándo empezarán a descender los casos y por qué?
- A partir de 2023, porque hace tiempo que ya no se utiliza el amianto y no debe desarrollarse en el futuro la enfermedad. Su producción está prohibida desde 2002.
- Hasta ahora, los afectados y las familias han estado un poco olvidados, ¿a qué es debido?
- A que no se ha tomado en cuenta la enfermedad profesional, que es la gran olvidada cuando hablamos de cifras de siniestralidad laboral. Nos acordamos muchísimo de los accidentes laborales que se producen en el momento, pero la enfermedad laboral surge con el tiempo.
- Se refiere al amianto pero también a otro tipo de enfermedades...
- Efectivamente, porque la enfermedad que se reproduce más veces es la musculoesquelética y sin embargo no nos damos cuenta de su situación. Lógicamente nos encargamos de patología que ocasionan enfermedades mucho más graves, como la exposición al amianto o al sílice, la silicosis, pero la enfermedad musculoesquelética, los movimientos repetitivos, los problemas en las articulaciones... son las enfermedades profesionales que nos encontramos a diario.
- Los afectados por el amianto y sus familias consideran que desde la Administración se ha hecho poco en estos años...
- Creo que no. Desde Osalan venimos trabajando constantemente con estos temas. ¿Qué ocurre? que quizás no es solo la Administración la que tiene que estar preparada para dar una solución, sino todo el sistema: Seguridad Social, empresas e instituciones. Creo que es una buena oportunidad para hablar de un fondo de compensación para que las víctimas no tengan que pasar por todos los juzgados para que se les reconozca una enfermedad profesional, porque al final al reconocer una enfermedad profesional estamos hablando de una prestación económica. Aquí, no olvidemos, que no hacemos prevención, sino paliamos el daño que ya está hecho. Ya no podemos evitar la enfermedad del trabajador.
- Osalan, como los sindicatos como ELA y CC OO, propone la creación de ese fondo de compensación, ¿en qué consistiría?
- Osalan plantea que el fondo de compensación tiene que estar ligado directamente con la Ley de Seguridad Social, es decir, con el Instituto de Seguridad Social estatal. ¿Por qué? Porque trabajadores y empresarios llevamos años pagando a la Seguridad Social unas compensaciones y unos seguros por tener cubierta una enfermedad profesional y un accidente laboral. ¿Para qué sirve el fondo? Para adelantar una serie de cantidades o indemnizaciones, y para que las víctimas no tengan que estar dando vueltas reconociendo una enfermedad profesional que está clara. No estamos inventando nada. Francia, Bélgica y Holanda ya lo han hecho. Eso sí, a nivel estatal. Nosotros podremos hacer muchas cosas a nivel de comunidad autónoma pero nuestra Ley de Seguridad Social sigue siendo estatal.
- ¿El fondo evitaría también los litigios judiciales?
- Los evitaría y sería el reconocimiento de facto de la enfermedad. Si el fondo no se reconoce ahora, luego habrá que reconocer indemnizaciones millonarias a las víctimas. A los fallecidos y a las víctimas no se les puede ocultar. Es un problema al que hay que enfrentarse y cuanto antes se haga, mejor.
- ¿De cuánto dinero estaríamos hablando para el fondo?
- Nosotros hemos calculado lo que puede suponer el fondo si se reconocen solamente los mesoteliomas o se reconocen más enfermedades como ocurre en Francia. En el primero de los casos, hablaríamos de 8 millones al año en Euskadi. Si hablásemos de todas las enfermedades producidas por el amianto, serían 32 millones al año en Euskadi.
- ¿Con qué dinero se debería crear el fondo?
- En otros países se ha creado con dinero público. Lo lógico es que las empresas subiesen un poco su cotización a la Seguridad Social por enfermedad laboral y accidentes.

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