Fecha: 19/04/2012
ANTE la difícil situación que atraviesa la economía, hablar de prevención de riesgos laborales se convierte más que nunca en un desafío. Aún en tiempos de recesión económica no podemos ignorar o minimizar la importancia de la seguridad y salud en el trabajo.
Es evidente que en esta complicada coyuntura económica las empresas se ven forzadas a reducir sus gastos para no poner en peligro la viabilidad de las mismas, pero es necesario hacer un esfuerzo, incluso en tiempo de crisis, en llevar a cabo la prevención de riesgos laborales, ya que la prevención no debe ser considerada como un gasto sino como una inversión a largo plazo. Cuando una empresa invierte en políticas activas de prevención para la protección de salud de sus trabajadores obtiene resultados tangibles. Por un lado, la reducción de los accidentes y, por tanto, de los costes derivados de los mismos (el tiempo perdido del trabajador accidentado, el tiempo de la empresa dedicado al accidente, las interferencias de la producción, la pérdida de negocio, y las sanciones y daños materiales, entre otros). Y por otro lado, la mejora de la imagen de la empresa, su reputación, el incremento de la motivación de los empleados, la calidad de los productos y la satisfacción de los clientes. De ahí que la prevención no solo sea un asunto ético y moral que afecta al bien más preciado de las personas, la vida, y la integridad física, sino también es un concepto de inversión que siempre se rentabilizará en forma de una mayor productividad y competitividad empresarial.
Es indudable que durante estos últimos años se ha producido un descenso significativo en el número de accidentes de trabajo respecto a la época precedente. Muchos opinan que estos datos únicamente se deben a la reducción del número de puestos de trabajo y a la disminución de la actividad laboral actual.
Sin embargo, pocos manifiestan que estos datos también sean el resultado tanto de una mayor concienciación y una mejor gestión preventiva, como del esfuerzo realizado por los agentes implicados en esta materia.
Es evidente que la sensibilización hacia los riesgos ha crecido y la seguridad y salud laboral se está convirtiendo en un tema central del enfoque empresarial integral.
Esperamos que, aunque sea en una pequeña parte, la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz desde su Unidad Territorial de PRL haya contribuido a este cambio de tendencia, a través de las actividades de asesoramiento al empresariado y la puesta en marcha de distintos proyectos informativos de sensibilización.
Por ello, desde la CEC seguiremos fomentando la cultura preventiva como uno de los principales retos que tenemos por delante, de forma que la eliminación de los accidentes laborales sea, a pesar de los tiempos que corren, una realidad en un futuro cercano gracias a la colaboración de todos.
La prevención es tan importante que no puede convertirse en un arma arrojadiza entre los diferentes agentes implicados por lo que, para obtener los mejores resultados, la colaboración y la lealtad resultan imprescindibles.
Es evidente que en esta complicada coyuntura económica las empresas se ven forzadas a reducir sus gastos para no poner en peligro la viabilidad de las mismas, pero es necesario hacer un esfuerzo, incluso en tiempo de crisis, en llevar a cabo la prevención de riesgos laborales, ya que la prevención no debe ser considerada como un gasto sino como una inversión a largo plazo. Cuando una empresa invierte en políticas activas de prevención para la protección de salud de sus trabajadores obtiene resultados tangibles. Por un lado, la reducción de los accidentes y, por tanto, de los costes derivados de los mismos (el tiempo perdido del trabajador accidentado, el tiempo de la empresa dedicado al accidente, las interferencias de la producción, la pérdida de negocio, y las sanciones y daños materiales, entre otros). Y por otro lado, la mejora de la imagen de la empresa, su reputación, el incremento de la motivación de los empleados, la calidad de los productos y la satisfacción de los clientes. De ahí que la prevención no solo sea un asunto ético y moral que afecta al bien más preciado de las personas, la vida, y la integridad física, sino también es un concepto de inversión que siempre se rentabilizará en forma de una mayor productividad y competitividad empresarial.
Es indudable que durante estos últimos años se ha producido un descenso significativo en el número de accidentes de trabajo respecto a la época precedente. Muchos opinan que estos datos únicamente se deben a la reducción del número de puestos de trabajo y a la disminución de la actividad laboral actual.
Sin embargo, pocos manifiestan que estos datos también sean el resultado tanto de una mayor concienciación y una mejor gestión preventiva, como del esfuerzo realizado por los agentes implicados en esta materia.
Es evidente que la sensibilización hacia los riesgos ha crecido y la seguridad y salud laboral se está convirtiendo en un tema central del enfoque empresarial integral.
Esperamos que, aunque sea en una pequeña parte, la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz desde su Unidad Territorial de PRL haya contribuido a este cambio de tendencia, a través de las actividades de asesoramiento al empresariado y la puesta en marcha de distintos proyectos informativos de sensibilización.
Por ello, desde la CEC seguiremos fomentando la cultura preventiva como uno de los principales retos que tenemos por delante, de forma que la eliminación de los accidentes laborales sea, a pesar de los tiempos que corren, una realidad en un futuro cercano gracias a la colaboración de todos.
La prevención es tan importante que no puede convertirse en un arma arrojadiza entre los diferentes agentes implicados por lo que, para obtener los mejores resultados, la colaboración y la lealtad resultan imprescindibles.
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