Fecha: 28/04/2011
El Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral, Osalan, está ultimando una investigación para conocer el impacto real que tienen las enfermedades profesionales en el País Vasco tanto a nivel sanitario como económico. Este proceso, que se puso en marcha hace dos años, surgió tras la constación de que las enfermedades profesionales que se detectan son tan sólo la punta del iceberg y que gran parte de ellas quedan ocultas o sumergidas, como está denunciando estos días el sindicato CC OO, con motivo del Día Internacional de Salud Laboral.
Según explica el subdirector de Osalan, Pedro Pablo Uriarte, las enfermedades profesionales producen diez veces más muertes que los accidentes laborales y, sin embargo, permanecen ocultas en su gran mayoría. Se estima que más del 50% no salen a la luz.
Señala que no es normal que en España en 2006 tan sólo se registraran oficialmente cuatro muertes de cáncer derivadas de enfermedad profesional cuando en Alemania se produjeron más de 400 y en Finlandia, con mucha menor población, superaron los 300. «Realmente no sabemos qué es lo que tenemos. Unicamente lo podemos intuir», remarca Uriarte.
Señala que la consecuencia de que la enfermedad quede sumergida es que el tratamiento lo sufraga el Servicio Vasco de Salud, Osakidetza, cuando este aspecto y las prestaciones deberían correr a cargo de las Mutuas y del INSS. Añade que todo ello tiene además una repercusión en el PIB.
La investigación, cuyas conclusiones se darán a conocer a finales de este mes, tiene dos vertientes. Una de ellas ofrecerá un mapa geográfico del impacto de las enfermedades profesionales más importantes del País Vasco. Lo hará de forma minuciosa, porque detallará la incidencia por municipios y tipos de enfermedades más frecuentes. Además, el estudio desvelará también el impacto económico de dichas dolencias.
Con ello se pretende que Osakidetza conozca realmente los casos de enfermedad profesional que caen en sus manos y pueda discriminarlos y remitirlos a las mutuas.
Un campo en el que se está mejorando de forma paulatina, en opinión de Uriarte, sobre todo desde que en 2006 se estableció un procedimiento de trámite de sospecha de enfermedad profesional, que permite a los servicios sanitarios poner en conocimiento de las inspecciones sanitarias cualquier indicio de dichas dolencias.
Añade que el País Vasco es detrás de Navarra la comunidad en la que se da una mayor declaración de enfermedades profesionales de todo el Estado y dentro de la CAV destaca Gipuzkoa, «con una gran sensibilidad hacia este tema».
Otra de las medidas que se abordarán para detectar precozmente las enfermedades profesionales es incluir la historia médico-laboral en el historial clínico personal de cada ciudadano. Esta iniciativa se inscribe como uno de los ejes de la Estrategia Vasca de Seguridad y Salud en el Trabajo 2011-2014 que aprobará el Gobierno Vasco este mes, y uno de cuyos objetivos es estrechar la vigilancia de estas afecciones.
«Pasotismo»
Y precisamente en las enfermedades profesionales es donde ha puesto este año el foco CC OO, quien denunció ayer en Donostia el «pasotismo de los gestores políticos de Osakidetza, ya que en todo el año 2010 sólo comunicaron 57 sospechas de enfermedad profesional». La central califica este hecho de «escándalo» y considera «inadmisible que se pierdan recursos económicos de Osakidetza mientras hay superávit en las mutuas». La central también criticó a los servicios de prevención, «exceptuando el de Mutualia, que el año pasado comunico 711 sorderas profesionales». Señaló que el resto se dedican a hacer «auténticas chapuzas de reconocimientos médicos que no sirven para nada».
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