Fecha: 26/05/2012
Pese al descenso general en el número de accidentes en la provincia de Salamanca debido a la caída del número de trabajadores, el número de fallecidos y heridos graves se ha incrementado a causa de un deterioro de las condiciones de trabajo
La muerte de un trabajador en la fábrica de Mirat el pasado jueves ha vuelto a poner de actualidad la seguridad laboral. La siniestralidad ha perdido volumen durante la crisis debido al menor número de trabajadores, pero ganado en gravedad. Así lo muestran los últimos datos de la Junta de Castilla y León, pues pese al descenso general en el número de accidentes laborales, hay más fallecidos este año, cinco ya, y heridos graves. Es decir, hay menos siniestros en el trabajo, pero cuando se producen, generan consecuencias más graves debido al aumento de la precariedad laboral, según denuncian los sindicatos.
Salamanca registró 655 accidentes laborales con baja durante el primer trimestre de este año, una cifra un trece por ciento inferior a la del mismo periodo del año pasado, cuando fueron 758. De esta cantidad, el aumento de los accidentes graves fue de un cinco por ciento. Por provincias, en las nueve de la Comunidad descendió la siniestralidad laboral en el primer trimestre del año, en algunos casos en porcentajes superiores al 25 por ciento, como en Soria, Valladolid y Zamora.
Salamanca registró 655 accidentes laborales con baja durante el primer trimestre de este año, una cifra un trece por ciento inferior a la del mismo periodo del año pasado, cuando fueron 758. De esta cantidad, el aumento de los accidentes graves fue de un cinco por ciento. Por provincias, en las nueve de la Comunidad descendió la siniestralidad laboral en el primer trimestre del año, en algunos casos en porcentajes superiores al 25 por ciento, como en Soria, Valladolid y Zamora.
Por sectores, los servicios concentraron casi la mitad de los accidentes laborales con baja contabilizados durante el primer trimestre del año, un 16 por ciento menos que en el mismo periodo de 2011. Los sindicatos aseguran que la crisis y la última reforma laboral aprobada por el Gobierno están provocando un deterioro de la prevención de riesgos porque por un lado las empresas están abaratando costes en esa cuestión y, por otro, los empleados reivindican menos porque tienen miedo de perder su puesto de trabajo.
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